COMENZAR DE NUEVO
Por diez años Tomás Edison intentó
construir una batería de almacenaje de cargas eléctricas. Sus
esfuerzos, estrangularon en gran medida sus finanzas. En Diciembre
de 1914, una combustión espontánea en su estudio casi lo llevó a la
ruina. En minutos todos los compuestos empacados para discos o
cintas y otras sustancias inflamables ardieron en llamas. Aunque los
departamentos de bomberos vinieron de ocho pueblos circundantes, el
intenso calor y la poca presión de agua provocaron que fuera inútil
extinguir las llamas. Todo quedó destruido. El daño excedía a los
dos millones de dólares, los edificios de cemento que se
consideraban construidos a prueba de fuego, estaban asegurados
apenas por la décima parte de esa cantidad. Charles, el hijo del
inventor, buscó con desesperación a sus padres temeroso de que su
espíritu resultara dañado. Finalmente lo encontró contemplando con
serenidad el fuego, su rostro resplandecía mientras reflexionaba.
"Mi corazón se dolía por él", decía Charles. "El tenía sesenta años,
ya no era un joven y todo ardía en llamas" En la mañana siguiente,
Edison contemplo las ruinas y exclamó: "Hay algo valioso con el
desastre. Se quemaron todos nuestros errores. Gracias a Dios podemos
comenzar de nuevo. "Tres semanas después del incendio, Edison se las
ingenió para inventar el primer fonógrafo." Con cada nuevo día,
tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo.
LA NARANJA Y EL ATEO
Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio
defendiendo la inexistencia de Dios. Después de haber finalizado
su discurso, desafió a cualquiera que tuviese preguntas a que
subiera a la plataforma. Un hombre que había sido bien conocido
en la localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas, pero que
había encontrado recientemente liberación y esperanza en Cristo
Jesús acepto la invitación y sacando una naranja del bolsillo
comenzó a pelarla lentamente. El conferencista le pidió que
hiciera la pregunta; el hombre, continuó imperturbable pelando la
naranja en silencio, al termino de lo cual, se la comió. Se
volvió al conferencista y le preguntó : "¿Estaba dulce o agria?"
"No me pregunte tonterías", respondió el orador con señales
evidentes de enojo; "¿Como puedo saber el gusto si no la he
probado?" Y aquel hombre regenerado por el amor de Dios
respondió entonces: "Y ¿como puede usted saber algo de Cristo, si
nunca lo ha probado?"
El Exegeta
LA CARROZA VACIA
Cierta mañana, mi padre me invito a dar un paseo por el bosque y
yo acepte con placer. El se detuvo en una curva y después de un
pequeño silencio me pregunto: - Además del cantar de los pájaros,
¿escuchas alguna cosa mas? Agudice mis oidos y algunos segundos
después le respondí: - Estoy escuchando el ruido de una carroza.
- Eso es, - dijo mi padre. - Es una carroza vacía.....
Pregunte a mi padre: - ¿Como sabes que es una carroza vacía, si
aun no la vemos? Entonces mi padre respondió. - Es muy fácil
saber que una carroza esta vacía, por causa del ruido. Cuanto mas
vacía la carroza mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto, y hasta hoy, cuando veo a una persona
hablando demasiado, inoportuna, interrumpiendo la conversación de
todo el mundo, tengo la impresión de oír la voz de mi padre
diciendo: - Cuanto mas vacía la carroza, mas ruido hace......
Proverbios 10:19 En las muchas palabras no falta pecado: Mas el
que refrena sus labios es prudente. Proverbios 29:20 ¿Has visto
hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de
él. Eclesiastés 5:3 Porque de la mucha ocupación viene el sueño,
y de la multitud de las palabras la voz del necio.
CONDICIONADO
Un día, dos niños estaban patinando en una laguna congelada.
La tarde era fría y nublada, pero los niños se divertían
haciendo piruetas y reían de sus travesuras. Jugaban sin
preocupación. De pronto, el hielo se rompió y uno de los niños
cayó al agua. El otro niño, viendo que su amiguito se ahogaba
debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus
fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar la vida de su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se
preguntaron: Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso!! Es
imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra y esas manitos
tan pequeñas!!
En ese instante apareció un anciano y dijo: - Yo sé cómo lo
hizo! - Cómo? Le preguntaron al anciano, y éste contestó: -
No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.
Si puedes soñarlo, puedes lograrlo
APRENDER A PENSAR
...Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real
Británica y Premio Nobel de Química en 1928, contaba la siguiente
anécdota: Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega.
Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que
había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con
rotundidad que su respuesta era absolutamente
acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de
alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y
decía: "Demuestre como es posible determinar la altura de un
edificio con la ayuda de un barómetro". El estudiante había
respondido: "Lleva el barómetro a la azotea del edificio y átele
una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio,
marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud
del edificio". Realmente, el estudiante había planteado un serio
problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a
la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le
concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de sus
estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel
en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera
ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le
concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero
esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar
sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el
estudiante no había escrito nada. Le pregunte si deseaba marcharse,
pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su
dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por interrumpirle
y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió
la siguiente respuesta: "Coger el barómetro y lanzarlo al suelo
desde la azotea del edificio, calcular el tiempo de caída con un
cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por T2.
Y asi obtenemos la altura del edificio". En este punto le
pregunte a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la
nota mas alta. Tras abandonar el despacho, me reencontré con el
estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la
pregunta. "Bueno", respondió, "hay muchas maneras, por ejemplo,
coger el barómetro en un día soleado y medir la altura del barómetro
y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud
de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción,
obtendremos también la altura del edificio". "Perfecto", le dije
y de otra manera?". "Si", contesto, "este es un procedimiento muy
básico para medir un edificio, pero también sirve. En este
método, coger el barómetro y se sitúa en las escaleras del edificio
en la planta baja. Según sube las escaleras, va marcando la altura
del barómetro y cuenta el numero de marcas hasta la azotea.
Multiplica al final la altura del barómetro por el numero de marcas
que ha hecho y ya tiene la altura. Este es un método muy
directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas
sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si
fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la
altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la
medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en
trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de
la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula
trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del
edificio.
En este mismo estilo de sistema, ata el barómetro a
una cuerda y lo descuelga desde la azotea a la calle. Usándolo como
un péndulo puede calcular la altura midiendo su periodo de
precisión. En fin", concluyo, "existen otras muchas maneras."
"Probablemente", siguió, "la mejor sea coger el barómetro y
golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra,
decirle:
Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice
la altura de este edificio, se lo regalo." En este momento de la
conversación, le pregunte si no conocía la respuesta convencional al
problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos
lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre
ambos lugares) Evidentemente, dijo que la conocía, pero que
durante sus estudios sus profesores habían intentado enseñarle a
pensar. El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio
Nobel de Física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer
el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo
rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría
cuántica.
Esta historia es verídica. Aprende a pensar. "Tu eres lo que
tienes entre las dos orejas. Tus ideas te hacen libre o esclavo. Tu
forma de pensar te quita o te da energía." Dice la Biblia en el
libro de Isaias Capitulo 26 en los versos 3 y 4 lo siguiente: Tú
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera;
porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en
el Señor Jehová está la fortaleza de los siglos.
Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de
vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis.
CUAL ES EL SECRETO DE TU ALEGRIA ??
Había una vez un rey muy triste que tenia un sirviente, que
como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas
llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y
tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se
dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era
siempre serena y alegre. Un día el rey lo mando a llamar.
-Pake-le dijo- ¿cuál es el secreto? -¿Que secreto, Majestad?
-¿Cual es el secreto de tu alegría? -No hay ningún secreto,
Alteza. -No me mientas, Pake. He mandado a cortar cabezas por
ofensas menores que una mentira. -No le miento, Alteza, no
guardo ningún secreto. -¿Por que esta siempre alegre y feliz?
eh!!! ¿por que? -Majestad, no tengo razones para estar triste.
Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis
hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos
vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando
con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿como no estar
feliz? -Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar
-dijo el rey-. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
-Vete! vete antes de que
llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la
habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el
paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y
alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmo,
llamo al mas sabio de sus asesores y le contó su conversación de la
mañana.
-¿Por que el es feliz? -Ah, Majestad, lo que sucede es que el
esta fuera del circulo. -¿Fuera del circulo? -Así es.
-¿Y eso es lo que lo hace feliz? -No Majestad, eso es lo que
no lo hace infeliz. -A ver si entiendo, estar en el circulo te
hace infeliz. -Así es. -¿Y como salió? -!Nunca entro!
-¿Que circulo es ese? -El circulo del 99.
-Verdaderamente, no te entiendo nada. -La única manera para
que entendieras, seria mostrártelo en los hechos. -¿Como?
-Haciendo entrar a tu paje en el circulo. -Eso, obliguémoslo
a entrar. -No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en
el circulo. -Entonces habrá que engañarlo. -No hace falta,
Su Majestad. Si le damos la oportunidad, el entrara solito.
-¿solito? -Pero el no se dará cuenta de que eso es su
infelicidad? -Si se dará cuenta. -Entonces no entrara.
-No lo podrá evitar. -¿Dices que el se dará cuenta de la
infelicidad que le causara entrar en ese ridículo circulo, y de
todos modos entrara en el y no podrá salir? -Tal cual. Majestad,
estas dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender
la estructura del circulo? -Si -Bien, esta noche te pasare a
buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de
oro, ni una mas ni una menos. !99! -¿Que mas? ¿Llevo los
guardias por si acaso? -Nada mas que la bolsa de cuero Majestad,
hasta la noche. -Hasta la noche.
Así fue...
Esa noche, el sabio paso a buscar al rey. Juntos se escurrieron
hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa de
Pake. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió
la primera vela, el sabio agarro la bolsa y le pincho un papel que
decía:
-Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre.
Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste.
...Luego ato la bolsa con el papel en la puerta del sirviente,
golpeo y volvió a esconderse. Cuando Pake salió, el sabio y el
rey espiaban desde atrás de unas matas para ver lo que sucedía. El
sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agito la bolsa y al escuchar
sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miro
hacia todos lados de la puerta y entro. El rey y el sabio se
arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado
todo lo que había sobre la mesa y dejado solo la vela. Se había
sentado y había vaciado el contenido en la mesa. Sus ojos no podían
creer lo que veían. !Era una montaña de monedas de oro! El, que
nunca había tocado una de estas monedas, tenia hoy una montaña de
ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y
hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y
desparramaba, hacia pilas de monedas. Así, jugando y jugando
empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de
diez, tres pilas, cuatro, cinco... y mientras sumaba 10, 20,30,
40,50, 60...hasta que formo la ultima pila: 99 monedas !!!. Su
mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda mas. Luego el
piso y finalmente la bolsa. "No puede ser", pensó. Puso la
ultima pila al lado de las otras y confirmo que era mas baja.
-Me robaron- grito- me robaron, malditos!! Una vez mas busco
en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos,
corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa,
como burlándose de el, una montanita resplandeciente le recordaba
que había 99 monedas de oro "solo 99". - 99 monedas. Es mucho
dinero, pensó. Pero me falta una moneda. 99 no es un numero
completo -pensaba- Cien es un numero completo pero noventa y
nueve, no. El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara
del paje ya no era la misma, estaba con el ceno fruncido y los
rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la
boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los
dientes. El sirviente guardo las monedas en la bolsa y mirando para
todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la
bolsa entre la leña. Tomo papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.
¿Cuanto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su
moneda numero cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta.
Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás
no necesitara trabajar mas. Con cien monedas de oro, un hombre puede
dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico.
Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Saco el calculo. Si
trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en
once o doce años juntaría lo necesario. "Doce años es mucho tiempo",
pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el
pueblo por tiempo. Y él mismo, después de todo, el terminaba su
tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la
noche y recibir alguna paga extra por ello. Saco las cuentas:
sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años
reuniría el dinero. Era demasiado tiempo!!! Quizás pudiera
llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y
venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más
comida habría para Vender...Vender... Vender.... Estaba haciendo
calor. ¿Para que tanta ropa de invierno? ¿Para que mas de un
par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de
sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio,
volvieron al palacio. Pake había entrado en el circulo del 99...
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal
como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entro a la
alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.
-¿Que te pasa?- pregunto el rey de buen modo. -Nada me pasa,
nada me pasa. -Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el
tiempo. -Hago mi trabajo, ¿no? ¿Que querría su Alteza, que fuera
su bufón y su juglar también?
No paso mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente.
No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.
Reflexión:
Muchos de nosotros hemos sido educados en esta estúpida
psicología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo
completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto nos
enseñaron que la felicidad debe esperar a completar lo que falta....
Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se
puede gozar de la vida.
Pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos
diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien
por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedo con
lo nuestro, que nada tiene de mas redondo cien que noventa y nueve,
que todo es solo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros
para que tiremos del carro, cansados, malhumorados, infelices o
resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo
siga igual ....eternamente igual! Cuantas cosas cambiarían si
pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están !!!!!!
Teme a Dios y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del
hombre Eclesiastés 12:13
EL LOCO
Fue en el jardín de un manicomio que conocí a un joven de
rostro pálido y hermoso y lleno de encanto. sentándome a su lado
sobre el banco le pregunte: "Por que estas aquí ?" Me miro
asombrado y respondió: " Es una pregunta inadecuada, sin embargo,
contestare: "Mi padre quiso hacer de mi una reproducción de si
mismo; también mi tío. Mi madre deseaba que fuera la imagen de su
ilustre padre. Mi hermana mostraba a su esposo navegante como el
ejemplo perfecto a seguir. Mi hermano pensaba que debía ser como el,
un excelente atleta. Mis profesores, como el doctor de filosofía, el
de música y el de lógica, ellos también fueron terminantes, y cada
uno quiso que fuera el reflejo de sus propios rostros en un espejo.
Por eso vine a este lugar. Lo encontré mas sano. Al menos puedo ser
yo mismo". Enseguida se volvió hacia mi y dijo: "Pero dime,
te condujeron a este lugar la educación y el buen consejo ?" Yo
respondí: "No, soy un visitante". Y el añadió: " Oh, tu eres uno
de los que vive en el manicomio del otro lado de la pared".
Khalil Gibran
Locura, asi ven la vida cristiana y sus principios quienes buscan
refugio en las sugerencias que están en la moda de turno.
Permitiendo el Aborto, definifndo arte fotográfico a la
pornografía, llamando libertad de expresión al desnudo de niños.
El hombre buscando ser su propio dios, creyendose omnipotente,
con derecho a la codicia, a revelarse, a matar. Hay un lugar más
sano... pero para ellos, es una locura Porque la palabra de la
cruz es locura á los que se pierden; mas a nosotros, es potencia de
Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios
y desecharé la inteligencia de los entendidos. ¿Qué es del
sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha
enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Porque lo loco de Dios
es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que
los hombres. Lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a
los sabios y lo flaco del mundo escogió Dios para avergonzar lo
fuerte; Y lo vil del mundo y lo menos preciado escogió Dios y lo
que no es para deshacer lo que es: Para que ninguna carne se jacte
en su presencia. Para que como está escrito: El que se gloría,
gloríese en el Señor. (RVA)
1er libro de Corintios Capitulo 1 - LA BIBLIA
THOMAS EDISON
Era mitad del siglo XIX y se escuchaba en las oficinas de la
Escuela Primaria de un pequeño pueblo de Ohio de los Estados Unidos
la siguiente conversación. - "El niño tiene un leve retraso
mental que le impide adquirir los conocimientos a la par de sus
compañeros de clase, debe dejar de traer a su hijo a esta escuela”.
... A la mujer no pareció afectarle mucho la sentencia de la
maestra, pero se encargó de transmitirle a su hijo que el no poseía
ningún retraso y que Dios, en quien confiaba fielmente desde su
juventud, no le había dado vida para avergonzarlo, sino para ser un
hombre de éxito. Pocos años después, este niño, con solo 12
años, fundó un diario y se encargaba de venderlo en la estación del
ferrocarril de Nueva York. No fue todo, se dedicó a estudiar los
fenómenos eléctricos, y gracias a sus estudios logró perfeccionar el
teléfono, el micrófono, el megáfono, y otros inventos como el
fonógrafo, por citar solo alguno. Que lejos quedaba en el
recuerdo del niño las palabras de su maestra. Todo parecía
conducirse sobre ruedas hasta que un día se encontró con un gran
obstáculo, su mayor proyecto se estaba desvaneciendo ante sus ojos,
había buscado incansablemente la forma de construir un filamento
capaz de generar una luz incandescente, pero que al mismo tiempo
resista la fuerza de la energía que lo encendía. Sus financistas
estaban impacientes, sus competidores parecían acercarse a la
solución antes que él, y hasta sus colaboradores se encontraban
desesperanzados. Luego de tres años de intenso trabajo uno de
ellos le dijo ..."Thomas, abandona este proyecto, ya llevamos mas de
tres años y lo hemos intentado en mas de dos mil formas distintas y
solo conocemos el fracaso en cada intento". La respuesta no se
hizo esperar y se dirigió a el con la misma vehemencia que su madre
había tenido unos 25 años atrás ..."mira, no sé que entiendes tu por
fracaso, pero de algo si estoy seguro, y es que en todo este tiempo
aprendí que antes de pensar en dos mil fracasos he descubierto mas
de dos mil maneras de no hacer este filamento y eso me da la pauta
de que estoy encaminado". Pocos meses después iluminó toda una calle
utilizando la luz eléctrica.
Su nombre fue Thomas Edison, una persona que entendió la manera
de vivir de Gloria en Gloria, y pudo ver aún en las tormentas más
fuertes, el pequeño sendero que lo llevaría al éxito.
Así también escribe en su libro el profeta “Aunque la higuera no
florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la
oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las
ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales;
con todo eso yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi
salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza... y me hará andar
sobre alturas”
Habacuc 3:17 al 19 - La Biblia
UN MAL DIA
Su esposa se lo había dicho antes de salir de casa. Ese no iba a
ser un buen día. Era un extraño presentimiento que le rondaba por la
cabeza desde hacía semanas. Su esposo convivía con el peligro y la
muerte era moneda corriente en la disipada vida de su amado,
cualquier día, podía ser el último que lo viera con vida. Pero esta
vez era distinto. Ella sentía un helado presagio, una nefasta
premonición. Y ahora, había escuchado lo que no hubiese preferido
oír nunca: su esposo había sido detenido. "No debiste haberte casado
con el, nunca fue un buen hombre", pronosticó su madre, y hoy,
pagaba la factura por una mala elección y por desoír el consejo
materno. Pero que fuera un delincuente, no disminuía el amor que
sentía por el. Hubiese preferido un abogado, un ingeniero o un
albañil, pero no tuvo esa fortuna. Su esposo era un ladrón y lo
acababan de apresar. No la asustaba que estuviese preso, ya
había pasado por esa situación antes. Lo dramático era que esta vez
no habría misericordia del juez, y la sentencia era inapelable. "Una
ejemplar muerte de cruz", pidió el fiscal a un tribunal con sed de
justicia. Es que ese no iba a ser un buen día, pensó la mujer una y
otra vez. No debió haberse levantado de la cama. Era una tarde
gris, helada, con una llovizna que cortaba la cara. "Tal vez lo
perdieron las malas compañías" reflexionó mientras recorría la calle
principal, "su socio en las andadas también será crucificado con
el", le susurró una vecina a modo de desgraciado consuelo. De igual
modo, ya no importa buscar culpables, lo cierto es que su esposo iba
a terminar como ella lo había soñado en tantas pesadillas: en la
peor de las muertes, la más vergonzante, la más cruel, la más atroz.
La dama no pudo despedirse de su amado, es que los ladrones no
cuentan con ese lujo, no hay piedad, humanidad, o últimos deseos
para los condenados al madero. El horizonte recorta tres cruces,
la de su esposo, la de su compañero en las correrías y la de
un....desconocido. Ella conoce a su marido y al otro ladrón, pero le
resta importancia al tercero, "otro infeliz que condenará a otra
viuda al olvido y la desgracia", piensa. El cuadro es estremecedor.
No la culpen a ella por no llorar, ya gastó todas sus lágrimas en
una vida miserable junto a quien le prometió amor eterno y ahora
cuelga de una cruz. No quiere mirar a su esposo, está allí, pero
prefiere no recordarlo así. Sólo observa el suelo, mientras la
sangre surca la tierra entre los dedos de sus pies. Uno de los
ladrones insulta al desconocido de la cruz del medio. Y una voz
conocida, imperceptible, pronuncia algunas débiles palabras.
"Acuérdate de mi, cuando vengas en tu reino". Era la inconfundible
voz de su esposo, sin duda, hablándole al desconocido de la cruz
central. "Hoy estarás conmigo en el paraíso", promete el otro, como
si en su condición pudiese prometer algo. La mujer levanta la
vista por primera vez. Tal vez para mirar a los ojos de su esposo
una vez más....o tal vez para entender el diálogo tan extraño que
acaba de oír. El socio de su esposo acaba de morir en un seco grito.
El desconocido del medio pareciera un inocente que paga por algo que
jamás cometió, y su esposo, su esposo....sonríe. No tendría porqué
sonreír, no hay razones. Hizo de su vida un mundo miserable, y pende
de una cruz frente a miles de ciudadanos enojados. Pero el ladrón se
encuentra con la mirada de su esposa, y le hace una sonrisa. Un
último gesto de que todo estará bien, a pesar de todo. El gesto de
los que se encontraron con la gracia en el momento menos pensado.
Ella tampoco sabe porqué, pero presiente que su esposo finalmente
encontró algo distinto. No entendió bien el diálogo de los
condenados, pero supo que algo había cambiado, allí, a escasos
metros de ella, en lo alto de la cruz. Su esposo cuelga de un
madero, pero inexplicablemente, irracionalmente, sonríe. Ella le
devuelve el gesto en el lenguaje del silencio, ese que sólo pueden
interpretar los que se han amado lo suficiente como para no tener
que hablar. Su esposo se había encontrado con la gracia en el minuto
final. Segundos antes de la cita con el verdugo inevitable, la
muerte. Ella sabe que no puede implorar justicia y mucho menos
misericordia. Ella sabe que su esposo paga por crímenes verdaderos.
Ella sabe que ese era el final del camino, la terminal de la vida,
tarde o temprano. Pero ahora, la última sonrisa de su esposo le
devuelve la calma. La sonrisa que se dibuja entre la sangre y los
moretones, extrañamente, la compensa por toda su vida miserable.
Su esposo parece no pender de una cruz. Muere como si lo hiciese
de viejo, en una cama caliente, rodeado de sus seres amados, luego
de haber vivido una buena vida. Su esposo no mereció nietos, ni años
altos, ni una cristiana sepultura. Pero alguien, tan condenado como
él, le prometió el paraíso en lo alto de la cruz. Ese, no iba a ser
un buen día. Y mucho menos, existía la más remota posibilidad que
terminara bien. Su esposo ha dejado de respirar, pero nadie se
explica porqué sonríe. La dama descubrió el secreto: si para
encontrarse con el paraíso había que venir a la cruz, valió la pena
el haberse levantado. Cuando te sientas que tu día está
arruinado, o lo que es peor, que tu vida se ha transformado en
miserable, recuerda que siempre se puede pasar por la cruz. La
gracia, transforma a ladrones en reyes, y a las cruces en paraísos.
MERCADERIA DAÑADA
Este es un Fragmento del Libro "Chocolate caliente para el alma
de la Pareja" ... Las motas de polvo bailaban en el rayo de sol
que aportaba la única luz en la oficina del rabino. Él se echó hacia
atrás en su silla del escritorio y suspiró mientras se acariciaba la
barba. Luego tomó sus anteojos con armazón de metal y los limpió en
su camisa de franela con expresión ausente. -De modo que se
divorció -dijo-. Y ahora quiere casarse con este buen muchacho
judío. ¿Cuál es el problema? Apoyó su barbilla encanecida en la
mano y me sonrió con suavidad. Quise gritar...¿Cuál era el problema?
Primero, soy cristiana. Segundo, soy mayor que él. Tercero -y esto
de ninguna manera es lo menos importante- ¡soy divorciada! En
lugar de gritar, volví a mirar sus gentiles ojos castaños y traté de
emitir las palabras. -¿No cree -tartamudeé- que ser divorciada
es como estar usada? ¿Como si fuera mercancía dañada? Él se
acomodó en la silla del escritorio y se inclinó hacia atrás para
mirar el cielo raso. Se acarició la barba rala que le cubría el
mentón y el cuello. Luego volvió a dirigir la vista hacia el
escritorio y se inclinó hacia mí. -Imagínese que debe operarse.
Imagínese que debe elegir entre dos médicos. ¿A quién elegirá?
¿Al que acaba de salir de la facultad o al que tiene experiencia?
-Al que tiene experiencia -dije. -Yo también. Me miró a
los ojos. -De modo que, en este matrimonio, será usted la que
tenga experiencia. Le diré, eso no es tan malo. A menudo los
matrimonios tienden a ir a la deriva. Quedan atrapados por
corrientes peligrosas. Se salen de curso y se dirigen hacia bancos
de arena ocultos. Nadie se da cuenta hasta que no es demasiado
tarde. En su cara veo el dolor de un matrimonio que salió mal. Usted
advertirá la falta de rumbo en este próximo matrimonio. Avisará
cuando vea las rocas. Gritará que hay que tener cuidado y prestar
atención. Usted será la persona experimentada. -Suspiró. -Y
créame, eso no es algo tan malo. No es nada malo. Caminó hasta
la ventana y espió por entre las tablillas de la persiana.
-Mire, aquí nadie sabe nada sobre mi primera esposa. No lo
escondo, pero no hablo demasiado de eso. Ella murió cuando hacía
poco que estábamos casados, antes de que yo me trasladara aquí.
Ahora, muy tarde en la noche, pienso en todas las palabras que nunca
dije. Pienso en todas las oportunidades que dejé pasar en aquel
primer matrimonio, y hoy creo ser un mejor esposo para mi segunda
esposa gracias a la mujer que perdí. Por primera vez la tristeza
de sus ojos adquirió un significado. Ahora entendía por qué yo había
elegido ir a hablar con ese hombre acerca del matrimonio, en lugar
de tomar un camino fácil y casarme fuera de nuestras dos religiones.
De alguna manera sentí que él podía enseñarme, o incluso brindarme
el coraje que necesitaba para hacer un segundo intento, para casarme
y amar de nuevo. -Los casaré, a usted y a su David -dijo el
rabino-. Si promete que usted será la persona que grite para avisar
cuando vea que el matrimonio peligra. Le prometí que lo haría, y me
levanté para irme. -A propósito -dijo él mientras yo permanecía
vacilante junto a la puerta- ¿Alguna vez le dijeron que Joanna es un
buen nombre hebreo? Han pasado veinte años desde que el rabino
nos casó, a David y a mí, en una lluviosa mañana de Octubre. Y sí,
avisé varias veces cuando sentí que estábamos en peligro. Le
contaría al rabino lo bien que me hizo su analogía, pero no puedo.
Murió tres años después de casarnos. Pero siempre le estaré
agradecida por el regalo inapreciable que me hizo: la sabiduría de
entender que absolutamente todas nuestras experiencias de vida nos
hacen no menos valiosos, sino más valiosos, no menos capaces de
amar, sino más capaces de amar.
Joanna Slan
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